Quiero compartir con ustedes una hermosa experiencia que viví en mis vacaciones. Éstas fueron vacas de hombres. Si, solo de hombres. Adriana quedó en Bs As y con Bruno y Mateo partimos en un viaje increíble, no solo por los lugares que recorrimos, también por la posibilidad que me dio de compartir 24 hs. con mis hijos. En general aunque los dos viven en casa, cada uno está en lo suyo: estudio, trabajo y se comparten las comidas y algo más, pero no lo tengo todo el tiempo conmigo.
Acá hicimos todo juntos. Y fue un placer…
Irte con tus hijos de 20 y 24, de viaje te asegura no tener que preocuparte por cómo llegar a cada sitio, ellos lo saben todo. Y aunque no hace falta decirlo, todos los de su edad manejan las App como nadie.
Entonces Google maps se transformó en nuestro compañero de viaje… manejado por ellos, claro!
Con Bruno y Mateo recorrimos varias ciudades de Europa, días de caminatas interminables viendo fotografiando, conociendo, disfrutando. Sin darnos cuenta completábamos más de 20 kms, saliendo a las 9 hs. y regresando después de las 19.
Así pasaron Madrid, Barcelona, Roma, Nápoles, la Costa Amalfitana, París y Londres. Todo sin problemas de ningún tipo, hermoso.
Tenemos la suerte de ser padres de dos pibes geniales con los que se puede hablar y escuchan…. pero estar con ellos las 24 horas no dejó de ser todo un desafío.
Ahora que volvimos puedo decir que fue una experiencia increíble, llena de momentos inolvidables.
Fue un enorme privilegio poder hacer este viaje. Hoy salir del país conlleva un gran esfuerzo, afuera comprobamos los problemas que tiene nuestra economía. En el primer mundo todo funciona, y bien! Eso sí…. hay que pagarlo. Los trenes van a 300 km/hs., los subtes en Londres se pagan directamente con la tarjeta de crédito en el molinete. En Europa,en los supermercados no hay precios justos y no se ven góndolas vacíos, todo lo contrario.
Argentina nos acostumbró a precios baratos con servicios muchas veces deficientes y nada modernos. Saliendo al mundo la realidad te despabila…
Ya sabemos que el peso cada vez vale menos entonces cualquier gasto que hacíamos venía con el cálculo de lo que nos costaba al cambio. Y sí, eran otros valores…
Sin embargo alguien me dijo, cuando estás de viaje el que convierte no se divierte.
Y tenía razón