Desde el aire lo que veo es espantoso…la precordillera tiene manchones negros gigantes que se confunden con el verde espeso típico  de esta zona… Algunos manchones presentan  columnas de humo blanco que tienen varios metros de altura, tal vez unos 100 metros.
Volamos desde El Bolsón  hasta Lago Puelo para grabar los estragos de los incendios en esos paisajes maravillosos. Siento pena por lo que veo, naturaleza arrasada, árboles quemados que ya no crecerán más…
Hubo seis focos a la vez, ¿Quién hace eso? ¿Quiénes? Los vecinos no tienen demasiadas expectativas. Es que pocas veces se conoce a los autores de este tipo de incendios
Abajo nuestro, otros aviones recorren la zona. Veo como descargan chorros gigantes de agua. Recargan y vuelven.  Somos espectadores privilegiados  de una tarea titánica. Averiguo que cada avión en cada vuelo llevan unos 3000 litros de agua, que parece mucho pero frente a esta inmensidad es  casi nada. El fuego no surgió porque sí y es la justicia quien debe investigar, aunque poquísimas veces en estos tipos de incendios se encuentren a los culpables.

En Gaviotas hizo estragos también en las casas de la gente. Fue un tsunami de calor que arrasó naturaleza, animales y a unas 200 propiedades.
La gente, vecinos con años en la zona no creen que se haya prendido solo. Todos sospechan. Hablan de un  automóvil Gol blanco con tres ocupantes.

Entre paisajes se mezclan culturas e intereses diferentes. La mega minería es enemiga de los habitantes de por acá.

Caminamos entre los esqueletos de propiedades  destruidas. Son zonas de mucha vegetación árboles altos, frutales, combustible para que el incendio se propague como un rayo. Entonces los que vivían ahí solo pudieron escapar. Las llamas les llegaron  por todos lados, de adelante y de atrás.
A un par de kilómetros a ambos lados de la ruta 40, están las huellas de lo que hizo el fuego.
De la casa de Silvia solo algunas paredes quedaron en pie. Perdió todo y su hija es  la guía que me muestra el desastre. No hay techo y todo está chamuscado o ya no está.
De pronto en lo que era la sala de música aparece el esqueleto, algunas teclas, alambres retorcidos… el piano de cola también desapareció  para  siempre

 

 

 

 

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